El famoso «pienso, luego existo» de Descartes separó la mente cognitiva del resto del cuerpo y sentidos. El filósofo centró entonces el foco en el pensamiento del ser humano como prueba irrefutable de su existencia. Aquello nos dividió, ‘partió nuestro organismo por la mitad’: A la luz se quedó lo mental, las ideas, lo cognitivo; y a las sombras se relegó el cuerpo, lo emocional y lo instintivo-intuitivo. Y nuestro cuerpo se quedó a la espera de una mirada más comprensiva; una conexión entre mente y cuerpo.
Quizá te interese: ¿Buscas la perfección en la crianza o prefieres la autenticidad?
Más allá del intelecto
Porque la experiencia completa del ser humano no puede hallarse limitada a su intelecto. Así lo va demostrando la neurociencia más actual, una ciencia que se está reconciliando con prácticas antiguas como la meditación o el yoga para conseguir la conexión entre mente y cuerpo. Una reconciliación más que necesaria para entender la complejidad de lo que somos.
Porque sí, somos la integración de lo que pensamos, lo que sentimos internamente, lo que digerimos del ambiente que nos rodea: cerebro, intestino, corazón, respiración, sentidos, ¿alma?
Piénsalo, o siéntelo, no te encuentras de la misma manera anímicamente si mantienes un hábito perjudicial como el trabajo, si te alimentas sin buenos nutrientes, si no te da la luz del sol… El sistema nervioso se satura, y te sientes estresado y agobiado. Pocas veces buscamos la razón de nuestro sentir más allá de la cabeza, pero todo el cuerpo está continuamente hablando e informando de lo que necesitamos, en una carretera de doble sentido…
Así que, la invitación que te propongo mientras me lees es que por un instante te pares a experimentar cómo sientes el cuerpo y qué emociones suscita en ti la lectura de este artículo.
Mira también tu pensamiento. Puede que te resulte inspirador o que te sientas abrumado, o cualquier otra emoción igualmente válida. Todo está bien. Mira la experiencia al completo, hasta dónde llega el aire en tu cuerpo y si te permites respirar con facilidad o te congelas. Todo está bien, tan sólo observa que la prueba de que estás vivo está también más allá de tu cabeza.
Lecturas que también hablan de la conexión entre mente y cuerpo
Son muchos los autores que abarcan este tema. Si te interesa conocer más, te propongo estas tres lecturas.
El error de Descartes, de Antonio Damasio
Este libro, escrito por el renombrado neurólogo y neurocientífico Antonio Damasio, 1994, aborda la relación entre la mente y el cuerpo desde una perspectiva científica y filosófica. El título del libro se refiere a la crítica que Damasio hace al famoso filósofo francés René Descartes y su dualismo mente-cuerpo.
La principal tesis de Damasio en el libro es que la mente y el cuerpo están interconectados de una manera fundamental y que la separación radical propuesta por Descartes es un error. Descartes sostenía que la mente (el pensamiento, la conciencia) y el cuerpo (la materia física) eran entidades separadas y distintas. En contraste, Damasio argumenta que la mente surge de la actividad del cuerpo, específicamente del cerebro y el sistema nervioso.
El autor se basa en evidencia científica y estudios de casos clínicos para respaldar su argumento. Examina cómo las emociones, la conciencia y la toma de decisiones están intrínsecamente vinculadas a la actividad cerebral y cómo las lesiones cerebrales pueden afectar la cognición y el comportamiento.
Neurociencia del Cuerpo, de Nazareth Castellanos
Con la premisa de ‘acercarnos al cuerpo para conocer nuestra psicología‘, la doctora en Neurociencia Nazareth Castellanos redescubre en este libro la influencia que tienen los órganos del cuerpo sobre el cerebro y cómo lo percibimos. ¿Impacta nuestro cuerpo sobre las neuronas? ¿Alguna vez te has planteado que la postura corporal, los gestos que hacemos o la microbiota intestinal pueden interceder en la memoria, la atención o nuestro estado de ánimo?
Un ejemplo de que la ciencia y las humanidades, ‘ese pienso y luego existo’, deben darse la mano para entender realmente quiénes somos.
El cuerpo nunca miente, de Alice Miller
«El cuerpo nunca miente» es un libro escrito por Alice Miller, una psicoterapeuta y autora suiza que se especializó en la psicología de la infancia y las secuelas emocionales de la crianza negligente o abusiva. La obra aborda temas cruciales relacionados con la psicología infantil, la importancia de la crianza amorosa y la forma en que las experiencias de la infancia pueden afectar la salud mental y emocional en la edad adulta, brotando en todo tipo de enfermedades.
El título del libro, «El cuerpo nunca miente», se refiere a la idea de que las emociones y las heridas emocionales reprimidas en la infancia pueden manifestarse en el cuerpo en forma de problemas físicos, enfermedades o síntomas psicosomáticos.
Miller argumenta que las personas a menudo reprimen sus emociones dolorosas en la infancia como una forma de sobrevivir en situaciones difíciles o abusivas, pero estas emociones reprimidas pueden tener un impacto negativo en la salud física y mental en la edad adulta.
Aparecen casos clínicos y ejemplos para ilustrar cómo las experiencias traumáticas en la infancia pueden dejar cicatrices emocionales profundas. Miller aboga por la importancia de la terapia para abordar estas heridas emocionales y permitir a las personas sanar y liberarse de patrones destructivos en sus vidas. De nuevo, una conexión entre cómo se conectan las experiencias durante la infancia, eso que sentimos y reprimimos y la salud física y mental. En definitiva, una herramienta para sanar y recuperar una vida más plena y saludable, en la que le damos cabida a las emociones, pensamos de dónde proceden, y lo que causan en nosotros.
Conclusión
Estas tres obras nos acercan a una perspectiva neurocientífica y filosófica sobre cómo nuestras experiencias mentales y emociones están arraigadas en procesos biológicos y cómo el cerebro y el cuerpo están intrínsecamente conectados en la experiencia humana.
La terapia y la psicología nos pueden aportar herramientas para comprender esta conexión entre mente y cuerpo, y cómo podemos alcanzar un mayor bienestar en los distintos aspectos de la vida.