«Conocer todas las teorías, dominar todas las técnicas, pero al tocar un alma humana, ser apenas otra alma humana»
– Jung
Cuando una persona decide iniciar un proceso terapéutico con un psicólogo lo hace desde su emocionalidad e intuición: sabe que algo no marcha bien, que es necesario abrir un espacio propio y mirar, llámese como se llame lo que le ocurre (ansiedad, estrés…). Un proceso terapéutico nos lleva a poder vivenciar lo que nos pasa, entender nuestras emociones, saber qué necesitamos, y hacernos cargo de nuestro malestar.
El proceso psicoterapéutico en adultos se plantea desde un enfoque humanista, en el que priman los aspectos relacionales y emocionales; esto es a través del vínculo seguro con el/la psicólog@ se van explorando y vivenciando las necesidades del paciente. Nuestra labor es ser sostén y acompañar el crecimiento humano.
Desde un enfoque de terapia integral de pareja, trabajamos para sanar la relación entre dos personas cuyo proyecto de vida es compartido. La labor del psicólog@ es crear puentes para la comprensión, sin juzgar o buscar culpables. El trabajo va enfocado a asumir nuestra propia responsabilidad, cuidar de la vulnerabilidad y abrirnos a las necesidades de contacto con la otra persona que nos acompaña en el camino.
Estamos especialmente dedicad@s y comprometid@s a la labor psicoterapéutica con niños, niñas y sus familias. La infancia es la edad sagrada y eterna, y lo que contribuyamos al bienestar emocional y mental de nuestr@s pequeñ@s es un regalo para siempre.
Trabajar con un niño es trabajar con todo su sistema familiar. Nos gusta decir que el niño y la niña son una fotografía de la película llena de matices que es su familia. Es importante revisar los vínculos de apego y cómo se están gestionando las emociones en la familia.
La adolescencia es una etapa crucial de paso, cambio y búsqueda de identidad. Hay tareas y conflictos importantes que emergen en esta edad de tránsito. Acompañamos a l@s adolescentes y a sus familias en lo que precisen, enfocando la seguridad y confianza, los límites respetuosos y el auto-cuidado hacia el sistema familiar.